Es cierto, las redes sociales cada vez están más de moda. Es más, yo creo que es el momento de dejar de pensar que son una moda y empezar a pensar en que, sencillamente, nuestras vidas se están "digitalizando". Es un proceso lento, muy irregular y muy poco homogéneo, pero creo que es un proceso imparable. Poco a poco, todos tendremos que ir aprendiendo a convivir con nuestras "dos vidas", la física (la de toda la vida, o la real, como dirían algunos) y la digital, virtual o como quiera que se acabe llamando la vida que "vive" nuestra identidad digital, que queramos o no también es parte de nosotros.
¿Cuál es el problema de llevar esta "doble vida" (real y virtual)? Sencillamente, que esa duplicidad es una falacia. En realidad esa doble vida no existe, son sólo dos visiones de una vida única, la nuestra. Dos visiones distintas, desde perfiles diferentes, pero de una única realidad.
El problema de la "doble vida" no es nuevo. De hecho, es tan antiguo como la sociedad en la que vivimos. Todos tenemos distintos perfiles en la vida real: el profesional, el personal, el familiar... Perfiles distintos, en los que tratamos de potenciar distintas características, pero que normalmente siempre tratamos de que sean coherentes entre sí. Al fin y al cabo, no es tan difícil que los distintos perfiles acaben mezclándose, y si algo tenemos claro es que detrás de cada perfil siempre está uno mismo.
El problema con nuestros perfiles digitales es que a veces nos olvidamos de que nos siguen representando a nosotros. Y de que son perfiles mucho más ubicuos, persistentes y permeables, con muchas más posibilidades de mezclarse y expandirse. Y claro, si no son coherentes entre sí y con los de la "vida real", podemos tener un problema...
Ese problema de falta de coherencia entre perfiles es el que ha tenido la protagonista de la noticia que acabo de leer, acerca de una chica que ha perdido la pensión por depresión por estar alegre y de fiesta con sus amigas. Parece que su perfil "profesional real" (de baja por depresión) no era coherente con su perfil "personal virtual" (fotos en facebook de fiesta con las amigas), y debido a esa incoherencia la empresa aseguradora ha decidido suspender la remuneración que tenía asignada.
No voy a entrar en la pertinencia o no del hecho, y menos voy a analizar la legalidad o no de la decisión, sobre todo desde el punto de vista de las leyes españolas. Prefiero quedarme sólo con el fondo del asunto: ¿estamos preparados para gestionar adecuadamente nuestros perfiles digitales? ¿Hasta qué punto puede ser "la seguridad" la herramienta para llevar a cabo esta gestión? Y lo que es más importante: ¿Existen los medios para hacerlo? ¿O estamos intentando ponerle puertas al campo? Si alguien quiere hacer comentarios al respecto, ya sabe que aquí puede hacerlo.
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