Hace tres semanas pudimos conocer la Estrategia Española de Seguridad, el documento que recoge el planteamiento estratégico de seguridad previsto para los próximos 10 años. En él se analizan las amenazas y riesgos a nuestra seguridad, se identifican las líneas de respuesta y se definen los mecanismos de coordinación. En la práctica, se identifican las principales líneas de acción previstas para los próximos años en relación a las distintas amenazas identificadas en el documento.
Para todo aquél que no quiera analizar a fondo el documento, también existe la opción de revisar otro documento en el que se analiza dicha estrategia, comparándola además con las estrategias de seguridad de Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea y la OTAN. Este documento es el Análisis comparativo de la estrategia española de seguridad, elaborado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos.
No es mi intención hacer un análisis exhaustivo de dicho documento, pero sí destacar algunos aspectos que me parecen interesantes desde el punto de vista de la temática de este blog. El primero de ellos es que el desarrollo legislativo no es una línea de acción especialmente significativa, pero aparece citada en torno al crimen organizado y sobre todo en relación a las ciberamenazas. Parece que este sea el ámbito con mayores carencias legislativas, lo cual hace prever la futura aparición de nuevas leyes de carácter tecnológico en los próximos años.
Otro de los aspectos más destacable es la aparición de continuas referencias a las infraestructuras críticas. Se identifica la vigilancia y protección de las infraestructuras críticas por parte de los diferentes cuerpos de seguridad como una de las líneas de acción frente al terrorismo, así como la necesidad de gestionar los riesgos derivados de la participación de empresas extranjeras en la gestión de las infraestructuras críticas como una de las líneas de acción en torno a la inseguridad económica y financiera. También figura su protección como una de las líneas de acción encaminadas a proteger las líneas y redes de abastecimiento energético, pero sobre todo aparecen reseñadas en relación a la protección frente a las ciberamenazas y como uno de los elementos a proteger en sí mismos. Hace referencia al CNPIC y al Plan Nacional de Protección de las Infraestructuras Críticas, a la incidencia de los ciberataques sobre dichas infraestructuras, pero sobre todo incide en la necesidad de coordinación entre los agentes públicos y privados.
Por último, uno de los aspectos que más me han llamado la atención es la poca relevancia aparente que tiene el Esquema Nacional de Seguridad dentro de dicho documento. En torno a la ciberseguridad se identifican distintas líneas de acción de carácter público, centradas en la interconexión entre administraciones y la identidad digital (certificados electrónicos y DNIe), y se identifica el desarrollo del ENS como otra de ellas. No obstante, me parece destacable que se cite la necesidad de realizar auditorías que verifiquen la seguridad de los sistemas, ya que permite soñar con un futuro reforzamiento de este aspecto, que "anime" a las administraciones públicas a tomarse más en serio este tema.
En definitiva, un documento interesante que creo que debe ser conocido por cualquier que se mueva en este sector. Al menos, para poder anticipar por dónde pueden venir los futuros movimientos...
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