Una de las mayores preocupaciones a la hora de navegar por Internet debería ser la integridad de la información. Y no sólo en el concepto "purista" o tecnófilo de la palabra, sino en todas sus consideraciones. Porque muchas veces, cuando en entornos más o menos técnicos se hace uso de este término, es muy habitual ver cómo la gente lo asocia inmediatamente a funciones de hash, a asegurar que una determinada información no ha sido modificada.
Sin embargo, la integridad de la información también debe hacer referencia a su veracidad. No sólo debe ser íntegra una vez que se ha transformado en información explícita, sino también (y con más razón) en su "captura". Garantizar la integridad en el "primer procesado", en la fase en la que un suceso o una idea (información implícita) se transforma en información explícita (un texto o una foto) es clave para poder garantizar su integridad a posteriori. De qué sirve garantizar la integridad de una noticia (como esta, o esta) si resulta que la noticia en sí misma es errónea (ver aquí o aquí)?
Sin embargo, este tipo de casos se puede dar en cualquier situación. Anoche mismo me encontré, mientras hacía zapping, con un caso bastante curioso, y cuya causa puede estar precisamente en esta fase de "recopilación" de la información. Qué medios se han utilizado para realizar esta fotografía? De qué medios disponemos para garantizar no ya que la fotografía sea correcta, sino que lo que se ha capturado es real? Hay forma de asegurarlo? Probablemente no. Y aquí es donde aparece la incertidumbre que utilizaban en el programa de televisión. Quizás sea posible certificar la integridad de la fotografía, pero es imposible garantizar la integridad de la captura en sí misma, salvo fiarnos de nuestra propia percepción de la realidad. Pero... y si nuestra percepción de la realidad es incorrecta? Todavía recuerdo aquél caso de la llamada del imitador de Zapatero a Evo Morales. Quizás la integridad de la conversación podría ser verificada (seguro que la conversación está grabada), pero el problema fue que, pese a que para Evo Morales la integridad del interlocutor estaba garantizada, su percepción de la realidad le jugó una mala pasada...
Y si nuestra propia percepción es a veces insuficiente a la hora de garantizar la integridad del "primer procesado", en entornos en los que entran en juego las tecnologías de la información los problemas pueden ser aún mayores. Y para muestra, un botón. Si una determinada información puede beneficiar económicamente, su falta de integridad puede provocar beneficios para personas sin escrúpulos que quieran aprovecharse de ello... aunque sea a costa de pulsar 10000 veces la tecla F5. Y eso por no hablar de los spammers...
En definitiva, no sólo es importante la integridad de la información una vez capturada, sino que también es fundamental garantizar la integridad de la misma durante su captura. Porque nos podemos encontrar con casos que no son lo que parecen.
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