Hace ya unos cuantos años que muchos especialistas se enfrentan al reto de actualizar el inagotable arsenal de “nuevos” riesgos a los que nos enfrentamos. Tarea harto difícil por no decir imposible en un momento de cambio como este. La realidad mundial dista bastante de parar de crecer cuando ni menos estabilizarse.
La pregunta del analista y a veces del directivo o gestor es: ¿Cómo se puede hacer frente a algo que sencillamente desconocemos? Es difícil Y lo es básicamente porque esta cambiando el set de reglas básicas. Hace ya un tiempo que para marcar esta diferencia se han acuñado términos como convencional y no convencional. Estas definiciones a veces son más confusas que clarificadoras y es porque claro, al cabo de pocos meses lo que llamábamos no convencional se ha transformado en algo convencional debido a que se ha integrado perfectamente en nuestra respuesta cotidiana.
El quid de la teoría es reconocer que la seguridad está evolucionando a una velocidad que es difícil de ser asimilada por el común de los mortales que nos vemos sobrepasados por tanto cambio conceptual y variada denominación. La realidad cambiante (jamás encontré un termino tan exacto para una situación como la seguridad actual) hace tambalear la mayor parte de todas las teorías concebidas en los últimos decenios. En realidad solo unas pocas son capaces de sobrevivir por lo evidentemente adelantadas a la realidad diaria. Sucede, que algunos de los que han conseguido interpretar de alguna manera esas lecturas han descubierto a la vez que es más rentable entrar en la nomina de los aspirantes a Nostradamus que en la de los simples teóricos de la seguridad. En un mundo tan atado a reglas y procedimientos es fácil caer en la tentación de buscar alternativas a una falta de atención escandalosa sobre las nuevas amenazas que nos rodean y que sin duda van a formar parte de las próximas complicaciones. Es, sin lugar a dudas más simple llamar la atención del editor si lo que cuento entra de lado en la conexión con lo paranormal o suena a ciencia ficción imposible, que si se basa exclusivamente en una interpretación concienzuda y a la vez artística del arte de la guerra, eso desgraciadamente no vende. Reconoceré que siempre llamará más la atención del público en general un titular de libro que conecte la sapiencia de Nostradamus con nuestros egos voraces de saber el futuro, que uno que sencillamente mencione el trabajo de un investigador que se ha dedicado a profundizar en el análisis.
Ahí esta el reto de la mayor parte de los nuevos teóricos de la seguridad ser capaces de innovar y convencer a la vez. La seguridad no es una ciencia perfecta sino mas bien un arte y como buen artista, la vida desde el completo anonimato hasta el reconocimiento es dura y plagada de desagravios abonados de incomprensión y mediocridad. Como no soy teórico, quedo libre de la vida del artista y me limitaré simplemente a intentar explicar qué es lo que esta cambiando en materia de seguridad y defensa que deja perplejos a gran número de dirigentes y lideres en su aproximación a la comprensión del fenómeno actual.
Sucede por un lado que debemos de dejar de buscar explicaciones a lo que ya hace bastante tiempo es un hecho constatable: la seguridad de hoy no tiene nada que ver con la de hace quince años. El camino comienza por intentar seriamente ser más abiertos y dar un paso más valiente en la comprensión de esta nueva realidad. Siempre me ha hecho sonreír este concepto tan anglosajón de “thinking out of the box”. El problema es que por definición no hay “box” desde hace bastante tiempo y algunos todavía ni se han enterado, luego es ya hora de articular otro término que sirva de verdad a nuestros propósitos con más eficacia. A mi me gusta el de piensa en 360 porque básicamente no limita o el más sencillo de abre tu mente. Bueno sin más me intentaré adentrar en la definición de nuestro universo de amenazas para poder vagamente mediante una clasificación por eliminación entender donde nos encontramos.
El analista de seguridad, que normalmente es una persona absolutamente práctica, evita a toda costa perderse en el batiburrillo de lo intangible por dos razones: la primera ganará tiempo al evitar conjeturar en exceso y la segunda evitará ser despedido porque su tremendamente experimentado jefe no quiere tener que estar explicando conceptos que sabe de antemano que su Jefe Ejecutivo no va a comprender o no podrá justificar delante del Consejo Directivo. Somos pues los propios expertos los que empequeñecemos sobremanera la visión de lo que nosotros vemos porque reducimos ex profeso el abanico de lo que presentamos, por lo intangible de lo desconocido o difícil de explicar. Eso hace que la mayor parte de los neófitos acaben convenciéndose del limitado universo en el que nos movemos, lo que se conoce hasta ahora me refiero.
07 septiembre 2009
Amenazas, lo que viene (I): ¿Donde están los limites?
A diferencia de otras ocasiones, hoy no voy a publicar un post de mi autoría, sino un artículo escrito por Jose Miguel Sobrón, un experto en seguridad, gestión de crisis y continuidad de negocio que trabaja en una organización internacional en apoyo a la gestión de crisis. Como es un poco extenso, lo publicaré en varias partes. Espero que os guste.
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