Nos hace falta un concepto más, que regula imperativamente el desarrollo de cualquier teoría, al menos hoy. Este factor que define la componente tridimensional del estudio de las amenazas, es el tiempo: la escala de tiempo como conocida hasta ahora (no entraré en dimensiones superiores para evitar perdernos sin haber siquiera comenzado, pero hay sin duda otras dimensiones intervinientes). El tiempo hace que valores determinados permuten sus sectores de pertenencia. Es importante recordar que toda amenaza “nueva” acaba integrándose en la colección de amenazas convencionales, es solo una cuestión de tiempo. Y también es importante recordar que no siempre lo desconocido se podía haber previsto solo por conocer su existencia.
El tiempo hace que nuestro universo de amenazas se amplíe como si de un cono se tratara, no solamente lo probable y conocido aumenta, cada vez que lo hace aumenta en la misma proporción el resto de sectores. Efectivamente la dimensión de aumento no es lineal, no se trata de un cono perfecto sino de una aproximación teórica para intentar aproximarnos a la comprensión del fenómeno.
Todo aquello que simplemente todavía no existe o no ha sucedido es futuro tal y como lo conocemos ahora. Eso significa que los cuatro sectores que hemos definido anteriormente adquieren una dimensión mucho mayor con el paso del tiempo. El crecimiento en la línea temporal aumenta exponencialmente ya que hoy somos incapaces de regular o controlar el devenir de los acontecimientos en la línea del tiempo, no se puede parar. Probablemente llegara el día en el que sí que sea más factible andar por esa línea de tiempo, pero no lo hemos podido demostrar aún en el terreno de lo práctico. Por mucho que nos empeñemos la función que define la relación entre el paso del tiempo y el crecimiento de cada sector nos es desconocida, no sabemos de su magnitud. Si algún día llegamos a ser capaces de demostrar que efectivamente hay funciones que definen estas áreas de conocimiento, seguramente no serán funciones simples, pero eso esta todavía por ver.
Es importante no olvidar que lo que presento es un constructo teórico, se trata simplemente de un modelo visual que nos ayuda a comprender el concepto, es decir la realidad no tiene porque ser de esta manera y evidentemente puede ser absolutamente asimétrica (palabra mágica que define áreas de reducido / limitado conocimiento). En este punto defino la asimetría como matemáticamente se hace asimetría: que no es exactamente igual en dos partes presupuestas idénticas. No soy capaz de definir el nivel cuantificado de asimetría, eso está todavía lejos de mi capacidad de análisis y predicción. Lo importante de esta asimetría no es la cantidad sino la capacidad que nos da de dejar el espacio entreabierto a nuevas opciones, ese es el verdadero valor de la asimetría, nos permite asumir otros constructos sin tener que permanentemente asumir errores en la verificación de nuestras hipótesis. Básicamente es una pequeña trampa para ganar tiempo.
Hasta ahora nada nuevo bajo la capa celeste. Bueno lo nuevo es que somos capaces de no aturullarnos entre tanto concepto y que hemos intentado simplificar o limitar la presentación de las amenazas de una forma un poco mas visual. ¿Cual es la motivación para organizar las amenazas de esta manera?, primero comprenderlas mejor aunque las desconozcamos inicialmente y segundo ser capaces de preparar una reacción más normalizada con un plan mucho mas abierto a impensables y que no se deje intimidar por la situación.
Después de haber definido someramente cuales sin las diferencias básicas entre las amenazas actuales- recordar que se trata exclusivamente de un modelo de comprensión- el siguiente par de pasos pueden ser como siguen: Catalogar cada sector (y merece la pena el esfuerzo compilatorio) y desarrollar las técnicas básicas que nos conduzcan a una mejor solución de los problemas que se nos plantean. Verdaderamente necesitaremos un grupo de expertos que sean capaces de destripar en detalle cada sector. Las tareas compilatorias son de por si aburridas y tediosas, salvo que el equipo sea lo suficientemente polifacético como para poder combinar diferentes puntos de vista.
Nueva York, Enero de 2009
11 septiembre 2009
Amenazas, lo que viene (III): Amenazas del futuro
Esta es la tercera y última parte del artículo de Jose Miguel Sobrón "¿Está el mundo preparado para la nueva clase de amenazas que llegan?". Tras haber analizado los límites de la habitual gestión de riesgos y haberlos contrastado con el amplio universo de las amenazas, en esta tercera parte el autor introduce la variable tiempo para recordarnos que la labor de la gestión de riesgos no sólo debe tener en cuenta el presenta, sino mirar al futuro e intentar anticiparse a lo que, por propia definición, no es previsible.
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