Es muy habitual pensar en la privacidad y en la seguridad como dos aspectos prácticamente antagónicos. No hay más que buscar noticias sobre privacidad y seguro que nos encontramos con alguna en la que ambos conceptos estén enfrentados. Sin embargo, cuando participas en congresos sobre alguna de las dos temáticas, te das cuenta de que los profesionales que se dedican a ambas disciplinas trabajan de la misma manera, persiguen objetivos similares y tratan asuntos prácticamente idénticos. Cómo puede ser posible que una misma cosa y su contraria puedan ser tan similares?
La realidad es que seguridad y privacidad son prácticamente lo mismo. La única (aunque gran) diferencia entre ambos conceptos está en el foco: la privacidad se preocupa por las personas, la seguridad se preocupa por las organizaciones (empresas o incluso estados). O dicho de otro modo: si aplicásemos todos los conceptos que maneja una de las disciplinas al foco de la otra, estaríamos hablando de lo mismo.
Siendo conscientes de la gran proximidad entre ambas disciplinas todavía puede sorprender más ese antagonismo percibido. Si la privacidad consiste en levantar los muros de mi casa y la seguridad supone añadir una valla exterior, no deberían ser dos planteamientos convergentes en lugar de divergentes?
Por añadir otro argumento más a esta visión, no deberíamos olvidarnos del hecho (trivial, pero importante) de que las organizaciones están compuestas por personas. Por lo tanto, si protegemos la seguridad de las personas, no estaríamos protegiendo también la seguridad de la organización? Por qué en la ilustración montan la seguridad de la organización destruyendo la privacidad de los individuos?
Vistos los argumentos anteriores, el planteamiento clásico de seguridad Vs privacidad no tendría ningún sentido si no fuera por un aspecto importante, y es que la seguridad trata de proteger a la organización INCLUSO de sus propios miembros. La valla de la ilustración no está completa, ya que en realidad debería ser una valla doble con otro frente hacia el interior. Y es precisamente bajo ese planteamiento, consistente en que los propios miembros de la organización también pueden ser una amenaza, cuando tiene sentido que uno de los objetivos de la seguridad sea conocer lo mejor posible a estas potenciales amenazas, tratando de limitar por tanto la seguridad de las personas en favor de la seguridad de la organización.
Y precisamente es en este punto en el que quería plantear un par de reflexiones que me parecen importantes, aunque no sé si fáciles de responder. La primera es en torno al debate sobre las organizaciones y las personas que las componen. ¿Qué es lo que hay exactamente entre esas dos vallas, para que tengamos que protegerlo "contra" (y a costa de la privacidad de) los miembros de la organización? Y la segunda es sobre la forma de aplicar la seguridad. ¿Nos estamos planteando estrategias complementarias o alternativas de tipo "zanahoria" (recompensas, incentivos, etc.) en relación al personal de la organización, o sólo estamos planteando estrategias de tipo "palo" a la hora de aplicar la seguridad?
En definitiva, creo que el debate de seguridad contra privacidad no hace sino ocultar otros debates más profundos, como es el de la definición de las estrategias en las que basamos la aplicación de la seguridad, y en última instancia el eterno debate entre personas físicas y jurídicas y las consecuencias sociales de su disociación. No os parecen estos debates mucho más apasionantes?
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